La escasez de lluvias y el estiaje amenazan la producción agrícola y ganadera del cordón fronterizo orense. En la parroquia Palmales, del cantón Arenillas, los ríos y quebradas lucen completamente secos, lo que dificulta las labores de riego.
Para hacerle frente a esta situación, la Prefectura de El Oro construye albarradas, de las que se puede extraer agua para los sembríos y el ganado. Estas son piscinas ancestrales cavadas en el lecho de los ríos, de las cuales emerge agua.
El líquido es almacenado en reservorios y llevado a través de sistemas de bombeo a las plantaciones y demás áreas productivas. Esto permite contrarrestar los efectos devastadores de la sequía.
Maquinaria del Gobierno Provincial ha construido 62 albarradas este último trimestre, para paliar las necesidades de los productores de los sitios La Florida, La Bocana, Poza Honda y Nueva Esperanza.
El prefecto Clemente Bravo dijo que se harán al menos 120 albarradas para atender a todos los sectores la parroquia Palmales, que cada año padecen por la falta de agua.
Esa jurisdicción rural es reconocida por su producción de limón, maracuyá, papaya y otros cultivos de ciclo corto. Sin las albarradas, los campesinos sufren cuantiosas pérdidas económicas por la muerte de sus plantas y animales.
William Guarnizo, presidente del GAD Parroquial de Palmales, reconoce que las albarradas son de gran ayuda para afrontar este período del año. “Desde que se han venido haciendo las albarradas, los agricultores y ganaderos se sienten más tranquilos y seguros”, detalló.
Productores de los sitios beneficiados aseguran que, con las albarradas, el tiempo de riego aumentó de 1 hora diaria a 4 o 5 horas por día, lo que ha permitido reverdecer sus cultivos.
Comments